domingo, 18 de marzo de 2012

Conclusiones climáticas

El aprovechamiento solar en la fachada norte, a pesar de contar con alguna hora de soleamiento en verano, es despreciable, por lo que la apertura de huecos no redundaría en la incidencia lumínica.

Las sombras proyectadas por las edificaciones existentes no afectan a la parcela, por lo que no constituyen condicionante alguno para la ejecución del proyecto. 

La fachada occidental no recibe luz hasta bien entrada la tarde, (fuera del horario de trabajo) por lo que la apertura de huecos acristalados en ella sólo tendría sentido como “marcos” para encuadrar las vistas hacia el canal. El aprovechamiento solar es inapreciable, dado el destino de la edificación y su previsible horario de uso.

La fachada oriental, por el contrario, recibe luz desde la mañana hasta las horas centrales del día, por lo que puede ser fuente de luminosidad en “horario de trabajo”, si bien no es una luz muy útil, por la altura solar.

Sin duda ninguna, la fachada idónea para la apertura de huecos y acristalamiento es la sur, permanentemente soleada durante todo el año. No hay interferencias de edificaciones colindantes, y su ubicación, junto al embarcadero, permite vistas de calidad, aparte de iluminación natural óptima para la edificación.

Un aspecto determinante será la altura solar, que, salvo en verano, que alcanza los 60º, ronda los 30º el resto del año, siendo una posible fuente de deslumbramiento en el interior de las edificaciones, por lo que habrá que prever algún mecanismo que evite la incidencia directa, aprovechando la iluminación natural.

EFECTO DEL VIENTO
Como ya se reflejó, uno de los factores que más inciden en nuestras consideraciones sobre la parcela, es el fuerte viento del oeste que azota Delft, especialmente en invierno, y que condiciona sobremanera cualquier actuación arquitectónica.

Este viento, de grado 5-6 en la escala Beaufort (fuerte-muy fuerte), exige la interposición de algún tipo de barrera arquitectónica que garantice las mínimas exigencias de confortabilidad, amortiguando a la vez la incidencia de las turbulencias que su magnitud origina, ya que la planitud de la parcela contribuye a disminuirlas.

Toda la información que podamos recopilar es válida para localizar elementos que controlen el viento. Aunque no sea posible diseñar para todas las condiciones de viento, al menos lo haremos para la mayoría de ellas.

Según Robinette, existen cuatro acciones que
las barreras arquitectónicas pueden ejercer sobre el viento para controlarlo:
  1. Obstrucción. Bloquea el flujo de aire en una zona.
  2. Deflexión. Desvía el viento y disminuye su velocidad.
  3. Filtración. Reduce la velocidad del viento al pasar por una barrera permeable.
  4. Encauzamiento. Cambia la dirección del viento, conduciéndolo hacia una zona donde se requiera ventilación.

El siguiente esquema nos permite comprobar la incidencia de una barrera de altura h en el comportamiento del viento, lo que nos resultará bastante útil a la hora de dimensionar cualquier elemento destinado a tal fin.